Padre Nuestro, que estás en las flores, en el canto
de los pájaros, en el corazón latiendo; que estás en la compasión, la caridad,
la paciencia y el gesto de perdón.
Que estás en el Cielo, que estás en mí, que
estás en ese que yo amo, en ese que me hiere, en aquel que busca la verdad, en
las personas que sufren, y también estás en todas las cosas bonitas de la Vida.
Santificado sea tu Nombre por todo lo que es bello,
bueno, justo y misericordioso. Por la Alegría y la generosidad de tantas
personas buenas.
Venga a nosotros tu Reino de paz y justicia, fe,
caridad, luz y amor. Reino de Esperanza y Futuro para los seres humanos.
Hágase tu voluntad, aunque mis ruegos
reproducen a
Perdona todas mis ofensas, mis errores, mis faltas.
Perdona cuando se vuelve frío, egoísta y soberbio mi corazón.
Perdona, así como yo intento perdonar
a aquellos que me ofenden, incluso cuando mi corazón está herido y triste.
No nos dejes caer en las tentaciones
de los errores, de los vicios, de la crítica, la destrucción y el egoísmo.
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